En
España no es habitual la dimisión. Por eso, hay que agradecer a Xavi, Xabi
Alonso o Villa el último servicio prestado a la selección casi tanto como los
anteriores. Estos jugadores han sido lo mejor del fútbol español en toda su
historia y demostraron después del Mundial la misma clarividencia que habían
mostrado durante años dentro del terreno de juego. Su ciclo se había terminado.
Lástima para España que esa misma clarividencia no la tuvieran otros. Sobre
todo, el seleccionador.