Lance Armstrong es ahora solo Lance Armstrong y eso, en las actuales circunstancias, no es casi nada. La UCI dejó ayer bien clara su postura. Además de despojarle de todos sus triunfos a partir del 1 de agosto de 1998, entre los que se encuentran sus siete títulos en el Tour de Francia, Pat McQuaid afirmó: “No hay sitio para Armstrong en el ciclismo".
El norteamericano ha sido borrado de un plumazo del deporte de las dos ruedas. La ronda francesa se lo dio todo y la USADA se lo ha quitado. Armstrong, tras sobrevivir a un cáncer, se jugó su vida a una carta, la del Tour de Francia, y cuando parecía que la apuesta había terminado de forma exitosa, lo ha hecho de la forma más abrupta y estrepitosa posible. Una forma que no solo hace desaparecer al Armstrong ciclista sino que mancha y ensucia a Lance persona, benefactor y talismán de la lucha contra el cáncer, mentor de Livestrong.
Con apenas 25 años fue diagnosticado con el cáncer más agresivo que puede contraer un hombre: el testicular. Sus médicos le daban 40% de probabilidades de vida luego de que la enfermedad le fue detectada en estado avanzado. El mal ya lo había invadido tanto, que la metástasis estaba en los pulmones y el cerebro. El texano tuvo que ser sometido a una operación para remover uno de sus testículos, luego a agresivas sesiones de quimioterapia y finalmente a una nueva operación para retirarle dos tumores en el cerebro.
Tal vez, la adversidad y el triunfo sobre la enfermedad le hicieron creer un ‘super-hombre’, alguien invencible.
Armstrong, hasta entonces un ciclista del montón*, se transformó en el mejor ciclista de la historia. Hoy, años después y tras más de 600 pruebas antidopaje ‘negativas’, se ha demostrado que todo fue una mentira, un engaño, producto del más sofisticado sistema de dopaje. Y no solo eso. Según numerosas denuncias, Armstrong no solo se dopaba sino que obligaba a ello, amenazaba, extorsionaba, chantajeaba, amañaba…Las victorias, la inspiración, el coraje, la fuerza y el altruismo que le convirtieron en un referente mundial eran elementos artificiales, muy lejos de la legalidad y la lealtad deportiva.
El dilema es separar los planos de análisis y poder distinguir entre la persona y el deportista. ¿Acaso es posible disociar ambas cosas? El plano deportivo ha quedado aniquilado por esta sanción. ¿Saldrá el humanitario indemne de esta compleja encrucijada? El presidente de la UCI le ha sentenciado para el ciclismo pero la pregunta es: ¿Tendrá hueco Lance Armstrong en la vida social? ¿Podrá el que fuera el superviviente de cáncer más admirado del mundo sobrevivir con su pasado y su presente ?
* Desde el 22 de octubre de 2012, su mejor clasificación en el Tour de Francia es la 36ª, obtenida en 1995, la única ocasión en que acabó la prueba. También participó en las ediciones de 1993, '94 y '96, pero en ninguna de ellas alcanzó París.
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* Desde el 22 de octubre de 2012, su mejor clasificación en el Tour de Francia es la 36ª, obtenida en 1995, la única ocasión en que acabó la prueba. También participó en las ediciones de 1993, '94 y '96, pero en ninguna de ellas alcanzó París.
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