El hecho de que el Rayo tuviera mayor posesión que el Barcelona en el último partido liguero ha despertado un debate inesperado por lo áspero del mismo. El ‘Tata’ no es Pep ni tampoco Tito. Cada maestrillo tiene su librillo y el argentino, como es lógico, va incorporando matices a un estilo de juego, que aunque sea de su agrado no es cosecha propia.
Es un síntoma de inteligencia, valentía y personalidad que el nuevo entrenador del Barça intente reconstruir un sistema y una forma de trabajar que empezaba a generar síntomas de agotamiento. Sin embargo, algunos han catalogado de ‘torpe’ sus declaraciones de ayer, en las que se defendía de las críticas alegando que las mismas se acentúan por no ser de la casa u holandés. Siendo, seguramente, políticamente incorrecto, creo que el ‘Tata’ intenta consolidar unos cimientos desligándolos de cualquier predecesor. No quiere ser esclavo de sus antecesores y tampoco marioneta del enrevesado entorno culé. No se trata de borrar lo anterior pero sí de modelar un estilo a su gusto y al estado de forma actual de sus jugadores.
El ‘Tata’, sin quererlo, deja con el culo al aire a los talibanes del ‘Tiki taka’. Por supuesto, sin culpa alguna. El argentino deja en evidencia a aquellos que en el pasado se mostraron intransigentes con cualquier estilo de fútbol que no fuera el practicado por el Barça. A aquellos que, incluso por encima de los títulos pero aferrados a ellos, antepusieron la posesión y el toque a cualquier resultado. Por ejemplo, a aquel jugador azulgrana que, tras el 7-0 global ante el Bayern de Múnich en Liga de Campeones, se atrevió a decir sobre los alemanes que “no pudieron dominarnos, el balón fue nuestro. Si miramos solo el resultado nos quedamos en lo superficial”…¿Qué dirá ahora Xavi?
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