Pau Gasol
traspasó anoche la condición de jugador de baloncesto para convertirse, aun en
activo, en leyenda de nuestro deporte, en mito.
Napoleón
Bonaparte decía que un líder es un negociador de esperanzas*. Y eso es lo que
es Pau Gasol, un líder. Solo así se entiende que Pau haya sido capaz durante los últimos 15 años de
hacer realidad sus sueños y el de muchos aficionados españoles. Su compromiso,
más allá de su indiscutible talento, ha llevado al equipo nacional a hacer
historia en el baloncesto mundial. Un
carácter y motivación que ha sabido contagiar a sus compañeros para alcanzar
metas en principio inalcanzables.
Gasol, que
en las próximas 2 temporadas ingresará cerca de 14.000.000 de €uros defendiendo
a los Bulls de Chicago, podría haberse pasado este verano contando billetes en
una paradisíaca playa y viendo a sus compañeros por televisión. Total, tiene 35 años y ‘solo’ ha sido campeón
del mundo, subcampeón olímpico, campeón de Europa, campeón de la NBA…pero no. No eran unos JJ.OO ni siquiera un Mundial. No estaba su hermano ni su íntimo amigo Navarro ni Ricky Rubio ni Calderón pero no por ello – o tal vez por ese mismo motivo- el capitán se bajó del barco. Es más, lo ha hecho suyo como jamás antes lo había hecho. Su compromiso le ha llevado a acudir a la selección incluso en uno de los
entornos menos favorables de los últimos
años –él mismo reconoció durante este Eurobasket que el grupo actual tenía
menos talento que otros anteriores-.
Y como
líder espiritual y deportivo ha guiado a la selección de nuevo a una final
continental. El resultado final ya es lo de menos aunque no lo sea para él.
Anoche nada más terminar su exhibición, la mayor que he visto a un deportista
español en una competición por equipos, y siempre hablando en primera persona del
plural, lo reafirmó: “Hemos venido a por el oro”. No importa sus 35 años, el
estado físico de algunos de sus compañeros, las ausencias, el rival, 27.000 aficionados en su contra…lo que para
algunos sería una excusa o un lastre, a Gasol le ha servido de estímulo para firmar
su actuación más brillante en un torneo FIBA con la selección española. Una
muestra más de su capacidad de superación. Una muestra más de lo agradecido que
debemos de estar a Pau.
Por tanto,
conviene no olvidarlo mientras esté en activo. 'Mañana' solo algunos
privilegiados podremos decir: “Yo vi jugar a Pau Gasol”.
*Esperanza, según la RAE, es el estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.
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