El poder autodestructivo del Atlético no respeta nombres. En el caso que nos atañe la responsabilidad es exclusiva de los dos contendientes que, por sus 'egos', han mirado más por ellos que por los intereses del club que representan y que, además, les paga religiosamente a final de cada mes.
Sánchez Flores y Diego Forlán han querido vivir de las rentas, sacar el máximo rédito individual a dos títulos colectivos: Europa League y Supercopa de Europa. Ambos protagonistas se sienten maltratados y perseguidos: el primero, por su propio vestuario y parte de la prensa; el segundo, por el mundo en general.
La actitud y el comportamiento del entrenador le ha llevado incluso a romper relaciones con su segundo, Fran Escribá (técnico y ayudante emprenderán diferentes caminos a final de temporada). Quique tiene en la 7ª plaza a una plantilla confeccionada para la Champions. Se podría dar la paradoja de que el Atlético entrara en la segunda competición continental por la misma puerta por la que va a salir su entrenador, la de atrás (el 7ª puesto obliga a jugar una previa a finales de julio para entrar en la Europa League). Un año y medio después de su llegada al banquillo rojiblanco nadie sabe a qué juega el atlético y mucho menos el once ideal del técnico.
Forlán es caso aparte. El charrúa, persona rara donde las haya, ha trasladado sus 'fantasmas' personales al terreno profesional. El '7' atlético, confundiendo sinceridad con profesionalidad, no se ha cansado de confesar su falta de vinculación afectiva con los colores del club que le da de comer, el mismo que ha contribuido a que su palmarés se enriquezca con dos títulos continentales. La 'coherencia' del Forlán le ha llevado a aceptar la capitanía del equipo al mismo tiempo que renegaba del escudo que portaba por partida doble -en el brazalete y en el pecho-. "Sólo soy hincha de Peñarol y sólo beso su escudo", afirma orgulloso y con cierta frecuencia el proclamado mejor jugador del Mundial de Sudáfrica. La 'sensatez' del 2º capitán rojiblanco le ha llevado a insultar a su afición al grito de 'chupádmela; la misma afición, por cierto, que antes y después de tan desagradable suceso le ha idolatrado al grito de ¡Uruguayo, Uruguayo!
Sánchez Flores y Diego Forlán se han creído más importantes que el Atlético y, por consiguiente, van a salir del club como sus respectivos comportamientos merecen; sin pena ni gloria.
Que sirva de ejemplo.
Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarno se pueden decir tantas verdades en menos espacio. Lo mas critico y acertado articulo sobre el atlético de los últimos años.
ResponderEliminar2 MIERDAS MENOS EN EL ATLÉTICO DE MADRID, MENUDO PROBLEMA. LO QUE MÁS ME LLAMA LA ATENCIÓN ES EL DOBLE RASERO CON EL QUE MIDEN LOS ATLÉTICOS, ¿A VER SI ES QUE EL "URUGUAYO" NO ES TAN DIOS COMO NOS QUERÍAIS HACER VER?. SINCERAMENTE NO MERECE LA PENA NI COMENTAR EL DESASTRE TANTO ECONÓMICO COMO DEPORTIVO QUE ES EL ATLÉTICO DE MADRID.
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