Mourinho ha logrado en el Real Madrid mucho más de lo que él mismo podía imaginar, y no me refiero a títulos deportivos. Pocas personas podían pensar que el portugués adquiriría tanto peso en el club blanco. Nadie hubiera apostado, por muy alta que fuera la nómina del actual inquilino del banquillo del Santiago Bernabéu, que Florentino Pérez otorgaría tantas concesiones a ‘Mou’. La figura de entrenador, tan infravalorada siempre por el presidente antes de la llegada del técnico luso, está hoy en día muy por encima de la del máximo mandatario de la entidad merengue, que se limita a someterse a todos las voluntades y caprichos de ‘The Special One’. Igual que la culpa de un hijo malcriado la tiene siempre el padre, aquí sucede lo mismo. Todos los dedos apuntan a José Mourinho pero el responsable es Florentino Pérez.
A Mourinho podría –más bien, debería- reprochársele todo lo concerniente a la parcela deportiva, que en el caso de El Madrigal no fue poco. El ‘trivote’, la variación sobre la marcha de sistema con el cambio de Lass por Callejón, la nueva vuelta de tuerca al planteamiento táctico con la entrada de Altinthop, la ausencia de Granero, Kaká o Higuaín serían motivos suficientes para ‘pintar’ la cara a un temeroso Mourinho en el día de ayer ante el 17º clasificado de la Liga española. Sin embargo, esa crítica, la futbolística, cada vez es más inexistente en el mundo del fútbol –permítaseme la redundancia-. Y la culpa de que tal circunstancia acontezca no es del entrenador del Real Madrid. Señalar al portugués desvirtuaría la realidad y nos llevaría al mismo modus operandi de Mourinho, siempre buscando coartadas y nunca soluciones. Esa responsabilidad –la de no hablar de fútbol- es nuestra, de los periodistas.
Si el reproche que se quiere hacer a Mourinho poco tiene que ver con lo deportivo y sí con lo institucional, las miradas tampoco deberían detenerse en el inquilino del banquillo y sí en la persona que ocupa el sillón presidencial. A Mourinho no se le puede culpar que el Real Madrid se haya olvidado de saber perder; no se le puede responsabilizar del ‘Silenzio Stampa’; no se le puede acusar de ‘matar a Manolete’. Esos asuntos transcienden la figura del entrenador, por mucho ‘The Special One’ que sea. Si la imagen del Real Madrid se resquebraja no es sólo por Mourinho.
P.D. Las últimas semanas han demostrado que Real Madrid y Barcelona, aparentemente tan diferentes en las formas, son muy similares en el fondo. Escuchar a Guardiola enmendando la plana a los realizadores de televisión por las repeticiones de las jugadas polémicas que afectan al Barça es de traca.
P.D. 1 Que Messi el día que logra un récord histórico no pueda dedicar unas palabras a la afición a través de los medios que pagan por ello, resume muy bien el panorama actual de los clubes profesionales de fútbol, cada vez más alejados del aficionado.
P.D. 2. El Athletic perdió en el Vicente Calderón pero Bielsa tuvo una de sus actuaciones más profesionales en sala de prensa. El técnico argentino asumió sus responsabilidades: "Me siento especialmente responsable de la derrota por las decisiones que fui tomando, que no modificaron ni resolvieron lo que pretendía corregir y debilitaron lo que el equipo tenía de sólido”. Chapéu
No hay comentarios:
Publicar un comentario