Hoy los padres por fin pueden hacer entender a sus hijos porque "somos del Atleti" habiendo caminos muchos más fáciles en la vida, como ser del Madrid o el Barça. Y lo van entendiendo a razón de títulos de ‘Europa Leagues’. Son alegrías escasas, y menores según algunos, pero distintas. El Atlético vive en el caos. Por eso, tal vez, sepa desenvolverse en él como ningún otro equipo. Ayer logró su tercer título continental en apenas 24 meses. Sobreviviendo en su confusión continua, de la final de Hamburgo a la de Bucarest no repitió ni un titular, cosas del ‘Atleti’.
El
Atlético ganó porque fue mejor de principio a fin. Ganó porque fue un equipo con mayúsculas. Un
conjunto que ha recuperado la fe, el espíritu y valores que nunca debió perder.
Atributos que por sí solos no dan para hacer campeón a un equipo pero sí al
menos para que los aficionados lo reconozcan. Pero el alma necesita de cuerpo y
este Atlético lo tiene. El cuerpo que le dan jugadores como Arda, Diego, Adrián
y, sobre todo, Falcao. Se dice que el gol cuesta dinero y el colombiano costó
lo suyo. Sus millones, sin embargo, están amortizados porque un título y la
emoción de los aficionados no tienen precio (aunque sí para algunos que se fijan
más en los millones que reportan los títulos que en el valor intrínseco de los
mismos).
El
Atlético fue, asimismo puro Simeone, el gran culpable de la reconversión del
alma colchonera. Él sabe qué significa un sentimiento inexplicable como lo es
el rojiblanco. Es competitivo, ganador y el mejor intermediario que la grada
puede tener con sus futbolistas. La final fue la que dibujó el ‘Cholo’ en su
pizarra y no la que planificó Bielsa. Simeone se comportó como un señor en la
victoria: exultante de alegría pero comedido en la celebración y atento con los
derrotados. El entrenador argentino debe ser el cimiento sobre el que se
construya el próximo Atlético.
Pocas
veces concede la vida una segunda oportunidad pero lo ha hecho con el Atlético
de Madrid. Un error sería seguir hipnotizados con trofeos que conducen a una
coyuntural alegría pero que finalmente desaparecen como fuegos de artificio. Un
error sería volver a desmantelar un equipo para lograr un dinero sin saber muy
bien para qué. A Gil y a Cerezo se les llena la boca con los millones de la Champions.
Pues bien, a la Liga de Campeones se va con un proyecto deportivo continuado y con grandes jugadores.
Recurro a una frase de la crónica de hoy de Iñako Díaz-Guerra (As) para poner el punto y final a este post. “Ese equipo que
no tenemos ni idea de lo que será mañana, pero sí hoy. Hoy, el Atleti es
campeón”.
Amen !!
ResponderEliminarVerdad verdadera.
ResponderEliminar¡¡ Aupa Aleti !!
No podría estar más de acuerdo contigo. Aun así, me gustaría hacer una mención a Miranda, Salvio y algunos jugadores más, los cuales los aficionados criticamos desde el principio sin darle un tiempo de aclimatación y que en el caso de Miranda ha acabado siendo titular indiscutible y con una final increible secando a Fernando Llorente junto a Godin. Salvio ha sido un jugador de banquillo importantísimo y ahí están sus goles. Espero que los dirigentes no nos vuelvan a hundir con un cambio en la mitad de la plantilla
ResponderEliminarTe qquiero Atleti!
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