España siempre ha tenido grandes campeones aunque nunca al nivel de ahora. Rafa Nadal, Pau Gasol, Alberto Contador, Fernando Alonso, Jorge Lorenzo son en la actualidad lo que anteriormente fueron los Manolo Santana, Manuel Orantes, Ángel Nieto, Severiano Ballesteros o Miguel Indurain. Por el contrario, nuestro país siempre había carecido de éxitos importantes a nivel colectivo. Lo achacábamos al carácter español. En deportes de equipo mirábamos con envidia a los conjuntos de la extinta Yugoslavia, capaces de competir y ganar en disciplinas tan variadas como baloncesto, waterpolo, voleibol, balonmano, etc. Sin embargo, nuestro deporte, desde hace ya un tiempo a esta parte, se ha hecho adulto. Ha alcanzado una madurez, un poso y un nivel competitivo que hace que los títulos caigan uno detrás de otro. Hoy, por suerte, los éxitos forman parte de lo cotidiano en la cultura deportiva española.
Ahora da igual chicos que chicas; con la mano que con el pie; en categoría absoluta o inferior; España lo gana todo. El verano comenzó con el triunfo de la Eurocopa sub-21, prosiguió el Europeo sub-20 de baloncesto, el mismo día vinieron el Europeo sub-17 de fútbol femenino y también el sub-18 de baloncesto masculino. El último llegó ayer, el sub-19 de fútbol. Es un no parar. Una celebración sucede a otra.
El éxito colectivo contribuye lógicamente a la irrupción de figuras a nivel individual: Mirotic, un talento descomunal demasiado superior para competir con chavales de su edad, se erigió, además de convertirse en el máximo anotador en la historia de los campeonatos europeos sub-20 de baloncesto, en ’MVP’ del torneo; Pablo Abrines, también en el deporte de la canasta, fue elegido mejor jugador del sub-18. En fútbol, Adrián, Mejor jugador y Bota de Oro en el Europeo Sub-21 y Morata, máximo goleador del Europeo sub-19. Se acaparan todos los premios. Un lujo.
Por tanto, disfrutemos del momento y demos el valor real a estos triunfos que, visto lo visto, pueden alargarse en el tiempo.
P.D. El Mundial sub-20 de fútbol y el Eurobasket pueden ser los próximos en caer.
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