José Mourinho es autor de una frase que, atendiendo a la que sucederá en unas horas, toma una dimensión terrorífica: "Los partidos empiezan a jugarse en la rueda de prensa anterior de los partidos y acaban en la rueda de prensa posterior". Pues bien, el portugués ha perdido por incomparecencia el primer clásico de los cuatro que han de jugarse en la próxima quincena. El club ha confirmado esta mañana que el técnico luso no ofrecerá la rueda de prensa previa al encuentro de Liga ante el Barcelona.
El artículo 77 del código disciplinario de la FEF recoge que "la incomparecencia producirá las siguientes consecuencias: b) Tratándose de una competición por puntos, se computará el encuentro por perdido al infractor, descontándole, además, tres puntos en su clasificación, declarando vencedor al oponente, por el tanteo de tres goles a cero".
La incomparecencia también lleva consigo, según la ley, un aspecto económico: "En todo caso, cualquier clase de incomparecencia determinará la imposición al club infractor de multa en cuantía de 3.006 a 12.021 euros, y la obligación del incomparecido, si fuera el visitante (no es el caso), de indemnizar al oponente en la forma que determina el párrafo segundo, punto 1 del artículo 76".
Dejando la ironía a un lado, cada uno es dueño de sus actos y esclavo de sus palabras. Mourinho, por su cargo, tiene el deber de comparecer ante los medios en las ruedas de prensa previas y posteriores a los encuentros. El portugués, libre en sus decisiones, puede no hacerlo pero no debería porque tal hecho acarrea una dejación de sus funciones. La excepción, como siempre, tiene disculpa pero si Mou va a tomar por costumbre librarse de una de sus responsabilidades será su profesionalidad la que se vea afectada.
El artículo 77 del código disciplinario de la FEF recoge que "la incomparecencia producirá las siguientes consecuencias: b) Tratándose de una competición por puntos, se computará el encuentro por perdido al infractor, descontándole, además, tres puntos en su clasificación, declarando vencedor al oponente, por el tanteo de tres goles a cero".
La incomparecencia también lleva consigo, según la ley, un aspecto económico: "En todo caso, cualquier clase de incomparecencia determinará la imposición al club infractor de multa en cuantía de 3.006 a 12.021 euros, y la obligación del incomparecido, si fuera el visitante (no es el caso), de indemnizar al oponente en la forma que determina el párrafo segundo, punto 1 del artículo 76".
Dejando la ironía a un lado, cada uno es dueño de sus actos y esclavo de sus palabras. Mourinho, por su cargo, tiene el deber de comparecer ante los medios en las ruedas de prensa previas y posteriores a los encuentros. El portugués, libre en sus decisiones, puede no hacerlo pero no debería porque tal hecho acarrea una dejación de sus funciones. La excepción, como siempre, tiene disculpa pero si Mou va a tomar por costumbre librarse de una de sus responsabilidades será su profesionalidad la que se vea afectada.
Déjate de artículos ni de "leches" porque el reglamento lo interpreta todo el mundo como le viene en gana, empezando por los árbitros. Un diez para Mou que os está consiguiendo sacar de vuestras casillas y está dejando en evidencia el lamentable periodismo partidista que hay en España.
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