Fútbol

El Real Madrid decidió jugar ayer en el Camp Nou como el Real Madrid. Eso no debería ser noticia pero lo es. ¿Por qué? Esa es la pregunta.

¿Por qué resulta digno de elogio el hecho de que el Real Madrid juegue valiente contra el Barça? ¿Por qué extraña que el mejor club del siglo XX no salte al césped del Camp Nou con complejo de inferioridad? ¿Por qué llama tanto la atención que el Real Madrid salga a ganar y no lo haga a no perder? ¿Por qué sorprende que Mourinho decida contar con sus mejores futbolistas para jugar contra el Barça? ¿Por qué nadie confiaba en una remontada? Digo yo que algo se habrá hecho mal en el club blanco durante los últimos años por haber convertido lo normal en extraordinario, ¿o no?

Pues sí, y la respuesta es fácil. Simplemente FÚTBOL. Hace tiempo que el fútbol dejó de ser lo más importante en el Real Madrid. La prioridad es lo extra futbolístico. Importa vender camisetas; lo que diga, haga o deje de hacer Mourinho; las polémicas arbitrales; dar pábulo al Villarato y a todas las teorías conspiratorias; desviar la atención con ‘Pepes’ y ‘Cristianos’; buscar ‘topos’… Se habla de todo menos de fútbol. Es decir, el mismo caldo de cultivo con el que convivió el Barça durante décadas. El bautizado por Johan Cruyff como ‘entorno’ cogió hace tiempo el puente aéreo para instalarse en la capital. Dicho entorno tiene confundido al Real Madrid, que no sabe en muchas ocasiones separar el grano de la paja (el fútbol de lo que no lo es). A ver si el encuentro de ayer sirve para desterrar lo accesorio que rodea al club que preside Florentino Pérez, que es cosa de los aficionados, y ayuda a rescatar lo verdaderamente importante, lo que acontece en los 105x70.

Espero por el bien del fútbol que así sea y que tanto el Clásico como la gesta de Mirandés nos devuelvan la esencia de este maravilloso deporte (y que los periodistas contribuyamos a ello).