Tengo que reconocer mi incomprensión, y en algunos casos hasta rechazo, hacia el arte moderno o contemporáneo. Quizás por tal motivo, por esa actitud distante hacia ese tipo de obras, no me gusta nada el logo de la candidatura de Madrid para los Juegos Olímpicos de 2020. Ni lo entiendo ni es de mi agrado.
Si el objetivo de los responsables de Madrid 2020 era que se hablara del logo, enhorabuena. Si el deseo de los mismos era que gustara, fracaso absoluto.
El ya polémico logo de 2020, sin estar muy lejos de la mano de Madrid 2016, muy poco tiene que ver con su antecesor. El de 2016, una mano abierta y cada dedo con colores diferentes representando a los cinco continentes y a los aros olímpicos, claro y directo. El de Madrid 2020, confuso y ambiguo. El actual, inspirado en la Puerta de Alcalá, muestra cinco nudillos de diversos colores sin respetar las tonalidades olímpicas, ya que el negro es sustituido por el rosa ¿?. No es este aspecto, sin embargo, el más controvertido del nuevo logo. Pasadas ya unas horas desde su presentación aún nadie ha descifrado lo que aparece como inscripción en el mismo: 2M20, M20 ó 20020. Para rematar el despropósito, la tipografía elegida para escribir ‘madrid 2020’, con la inicial en minúscula y un punto sobre la i que parece una tilde. Peor imposible.
Totalmente de acuerdo... sin comentarios. Que verguenza.
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