Saber delegar

Imagínese a usted mismo postrado durante dos días en una cama de hospital debido a una hernia de disco. Imagínese solicitando una tarde de sábado un permiso a sus médicos para asistir durante un par de horas a su trabajo para posteriormente regresar al centro hospitalario. ¿Lo vería lógico?, ¿qué dirían acerca suyo sus familiares?, ¿y sus compañeros?, ¿qué pensarían los médicos?...

Pues eso es lo que hizo ayer ‘Pep’ Guardiola. El entrenador del F.C. Barcelona  abandonó la clínica Dexeus, donde estaba ingresado desde el pasado jueves, para dirigir al Barça en el partido contra el Zaragoza. Al término del mismo volvió al hospital para seguir tratándose de su hernia discal. ¿No es un comportamiento innecesario? ¿No es acaparar un protagonismo exagerado? ¿Acaso se considera imprescindible? ¿No es hacer de menos a su colaborador más inmediato?

Habría que recordarle a Pep que delegar es una virtud, un arte. Delegar la autoridad es una forma de dirección adecuada, es el medio idóneo de obtener una mayor eficiencia en la actividad laboral. Guardiola, por lo visto esta semana, debe considerar que Tito Vilanova sí está apto para representarle en sala de prensa (ahí sí delega) pero no le debe ver igual de capacitado a la hora de dirigir al equipo.

P.D. ¿Se imaginan a otro entrenador (sí, ese mismo en el que está pensando) actuando de la misma manera? ¿Hubiera recibido igual trato mediático?