Florentino, peor presidente de lo que parece

En su día fue bautizado como ‘ser superior’ pero siendo el elogio cuanto menos exagerado, lo peor del halago es que uno mismo se lo crea.   Florentino Pérez da tanto bandazos como el más pésimo de los presidentes del fútbol español pero el control de los medios de comunicación y sus millones disimulan una pésima gestión. Su modelo de club ha sufrido tantos cambios de rumbo como fracasos deportivos acumula.

‘Zidanes y Pavones’, ‘Balones de Oro’, ‘Clase Media’, ‘Italianización’, ‘Valdanización’,‘Españolización’, ‘Excelencia’, ‘Resultadismo’, ‘Modelo inglés’. Es el presidente de los 1.000 libros de ruta: de los Zidane, Beckham, Figo, Ronaldo y Owen a los Diogo, Pablo García y Gravesen para acabar de nuevo en los Kaká, Cristiano y Benzemá; de Arrigo Sacchi a Benito Floro, de éste a Jorge Valdano y ahora, Mourinho y Jorge Mendes; un intento superficial de españolización con los Albiol, Xabi Alonso, Arbeloa, Canales o Pedro León pero dejando escapar por falta de convencimiento y determinación a Villa, Silva, Cazorla, Cesç o Llorente; los cateranos Negredo, Mata y Borja Valero triunfando en otros equipos y siendo internacionales con la selección campeona del mundo y con Parejo, Sarabia o Morata a punto de seguir los mismos pasos; Del Bosque, Queiroz, Camacho, García Remón, Luxemburgo, López Caro, Pellegrini y Mourinho, cada uno de su padre y madre, en el banquillo. Es decir, un cambio de giro tras otro sin saber muy bien hacia dónde ir ni qué hacer. Un palo de ciego seguido de otro. Todo a expensas de los resultados, dirigiendo el club a golpe de capricho y condicionado por lo mediático y, a día de hoy, por los representantes. Ya no es una cuestión de derroche de dinero sino una carencia de sensatez, coherencia, planificación y previsión. Así, aunque de vez en cuando se consiga algún título, resulta muy difícil  crear la base de un proyecto estable y de futuro.

Su mejor gestión al frente del Real Madrid ha sido, como no, en el terreno que mejor se mueve, lejos de los 105x70: la recalificación y venta de los terrenos de la antigua Ciudad Deportiva y la construcción de una nueva en Valdebebas. Su influencia en los poderes económicos y políticos del país contribuyeron a la operación y le valieron el apodo del ‘Rey Midas’.