A menudo se tiende a comparar las diferentes Ligas europeas pero la mayoría de las veces tales comparaciones carecen de sentido, sobre todo si estas cuestiones tienen que ver con el respeto, la tradición y los sentimientos. En definitiva, con la cultura futbolística e incluso deportiva de un país.
La reflexión viene a cuento por lo sucedido en las últimas semanas en la Premier con el regreso a los terrenos de juego de Paul Scholes y con la vuelta al Arsenal de Thierry Henry. Allí, en Inglaterra, ambas noticias han sido acogidas con emoción, alegría y, ante todo, con un respeto casi reverencial hacia dos jugadores elevados a la categoría de mitos en sus clubes respectivos. Da lo mismo que Scholes tenga 37 años y lleve 8 meses ‘jubilado’, y que el Henry de ahora, con 34 años, ya no sea el mismo que dejara el club de Londres hace cinco temporadas. De entrada, Paul y Thierry tienen venia por ser Scholes y Henry. El sentimiento, el corazón y el pasado por encima de la lógica, la cabeza y el presente.
La misma historia resultaría diferente en España. No digo peor ni mejor, pero sí distinta. ¿Se imaginan que Raúl –34 años y jugador que más veces ha vestido la camiseta blanca (741) y máximo goleador histórico del club (323)- decidiera volver por unos meses al Real Madrid?
P.D. Aunque ahora mismo lo realmente morboso en nuestro país sería la vuelta de Iñaki Urdangarín a las canchas de balonmano.
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