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jueves, 26 de abril de 2012

Ni Barça ni Madrid


La final de Campeones no tendrá ningún representante español. Ni Barça ni Madrid. Los dos mejores equipos del mundo, los más poderosos verán la final de Múnich desde sus casas. El 19 de mayo no se paralizará el planeta tierra con un ‘clásico’ en la final de la máxima competición continental. Un baño de humildad para ambos y también para el fútbol español. Un aviso para la selección española de cara a la Eurocopa.



Y no habrá final de Champions entre dos conjuntos españoles porque no se lo han merecido, porque los demás también juegan y porque hay muchos modelos futbolísticos igual de válidos que el fútbol preciosista del Barça o el de pegada del Real Madrid.



El Bayern fue superior al Real Madrid en los 210 minutos de eliminatoria. Se preveía un duelo de ataques. Los entendidos veían equilibrio en la parcela ofensiva de ambos conjuntos pero no en la defensiva. Ahí daban como claro favorito al equipo de Mourinho. Se olvidaban los expertos del centro del campo, la parcela donde se deciden buena parte de los partidos. El entrenador portugués desprecia esa zona y Heynckes, conocedor del estilo del luso, se aprovechó de ello. La superioridad que el Bayern tuvo en la ‘sala de máquinas’ se extendió a todas las partes del terreno de juego. El Real Madrid, desinteresado normalmente en la elaboración, lo fía todo  a sus individualidades y, en esta ocasión,  ninguna de ellas ha estado a la altura de unas semifinales de Liga de Campeones. Otros asuntos,  como el cansancio físico - sacado a colación por Mourinho tras la eliminación madridista-  son  excusas impropias de un club como el Real Madrid, que además siempre actuarían  como agravantes y jamás  como atenuantes. La plantilla del Real Madrid da para afrontar tres competiciones y si no lo hace, el gestor de los recursos humanos es el culpable.   



Por su parte, el Chelsea, sabiéndose inferior a los azulgranas (no todos los equipos tienen la humildad necesaria para reconocerlo), supo adaptarse a la única  forma de juego que le otorgaba una posibilidad de superar la eliminatoria. Aún así, el conjunto londinense, sabía que necesitaba  una versión peor a la habitual de su rival para tener opciones…Y la tuvo, tanto por mérito propio como por demérito ajeno. El Barça dejaba entrever los últimos meses alguna debilidad que los goles de Messi disimulaban.  El argentino hacía olvidar a Villa, lesionado; a Piqué, inseguro; a Cesc, de más a menos; a Alexis, irregular; a Pedro, desaparecido; a Xavi, inconstante…pero todo tiene un límite.  Messi dejó de marcar goles en el peor momento de la temporada y su equipo no encontró solución. Tal vez, como haya sucedido en el Real Madrid, la gestión de la plantilla no haya sido la mejor a lo largo del curso. 



P.D. La irracionalidad del pique Real Madrid-Barça ha confundido los objetivos de ambos clubes, tan inmersos en la conquista de los títulos como en la consecución de récords individuales. Los minutos jugados en Liga por Cristiano y Messi no tienen ningún sentido. Los abusos se pagan y los egoísmos también.



P.D.1. Kaká se confirmó ayer como el fichaje más ruinoso en la historia del Real Madrid.  101 millones de euros tirados a la basura (65 millones de su fichaje  + 36 millones brutos de sueldo por  tres temporadas).

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