La penúltima artimaña de Mourinho

Mourinho es un genio…en lo suyo. La suplencia de Casillas era un as que el portugués guardaba en su manga desde hace tiempo. Era cuestión de esperar el momento más oportuno. Y Mou acertó. Transcurrida 24 horas de la derrota en Málaga, su ‘conejo de la chistera’ aparta a un segundo plano la cruda realidad, los 16 puntos de desventaja respecto al Barça. 

Mourinho tiene un don. Solo así se explica que alguien con sus méritos deportivos se haya instalado de la forma en la que lo ha hecho en los altares del madridismo. Su bagaje en dos temporadas y media podría calificarse de normal en el mejor club del mundo en el pasado siglo. Una liga y una Copa no suponen un mérito extraordinario en el Real Madrid; constituyen simplemente los servicios mínimos en una entidad como la blanca. Sin embargo, hasta ahora se le idolatraba muy por encima de sus resultados. 

El fútbol, con Mou, nunca ha sido lo principal. El luso entiende el fútbol más como un estado de ánimo que cualquier otra cosa. El de revancha, en concreto. El entrenador del Real Madrid ideó en sus inicios un enemigo común, el Barça de Guardiola. Ahí es donde el portugués sumó incondicionales. Luego vendrían los árbitros, la UEFA, Jaume Roures, la prensa…’Todo y todos contra el Real Madrid’. Esa estrategia le funcionó. 

El título de Liga de la pasada temporada y la desaparición de Guardiola del panorama mediático le dejó aparentemente sin coartada para el presente ejercicio. Por fin, pensaron algunos, el fútbol volvería a primer plano. Pero no. El portugués se retroalimenta con la polémica. Gastados ya todos los enemigos fuera del club, el luso ahora los encuentra dentro: Toril, los pseudomadridistas, Sergio Ramos, Iker Casillas…Y no, esta estrategia ya no suma incondicionales, más bien los resta. 

Aunque lo que resta de verdad, seamos realistas, es el fútbol del Real Madrid. Mejor dicho, su escaso fútbol. Un equipo irreconocible, sin patrón de juego y sin otra solución que la mera improvisación. El balón nunca ha sido esencial en la idea futbolística de Mou pero al menos había una idea. Ahora, sin embargo, nada de nada. A las buenas, aún Cristiano, Benzema u Ozil maquillan el resultado; a las malas, desorden y desbarajuste táctico, sin recursos. Y a lo del césped hay que sumarle lo de los despachos. En casi tres años ha sido incapaz de reforzar la plantilla, más bien debilitarla, al menos en lo económico. Coentrao, Altintop, Sahin, Modric o Essien son un buen ejemplo. 

Así las cosas, la ‘patata caliente’ la tiene ahora Florentino Pérez, primer cómplice de Mou durante toda su trayectoria en el Real Madrid. El presidente consentidor y la prensa ‘borrega’ se pueden quedar con el culo al aire. 16 puntos son suficiente motivos.

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