Dani Alves es para el Barça lo que en su día fue Roberto Carlos para el Real Madrid. Zidane no hubiera llegado a alcanzar la excelencia futbolística que mostró en el conjunto blanco si no hubiese tenido a su lado a Roberto Carlos y el Barça no podría jugar de la forma en la que lo hace sin Dani Alves.
Ya sabéis que soy de los que pienso que Guardiola mea lo que el resto de los humanos. Siento una profunda admiración por Pep futbolísticamente pero en sala de prensa prefiero a Mourinho, y eso que veo al entrenador del Barça, si decidiera dejar el papel de bueno que interpreta, totalmente capacitado para competir con el portugués a la hora de dar titulares y convertirse en un ‘tocahuevos’ para los rivales. 
Dicen que uno se vuelve desconfiado cuando se hace mayor. No sé si será por tal cuestión pero empiezo a dudar de la Premier y, por extensión, de buena parte de los jugadores que allí destacan. Y si hay un conjunto dudoso por encima del resto ése es el Arsenal. 
Ozil es el mejor fichaje de la temporada en la Liga española. El centrocampista alemán de ascendencia turca es un ‘pedazo’ jugador. Él mismo define a la perfección su estilo futbolístico: “Mi técnica y sensibilidad con el balón son la parte turca de mi juego. La disciplina, actitud y el darlo siempre todo son la parte alemana”. 
No me refiero al vídeo que circula estos días por la red en el que un jugador chileno, en un partido entre las selecciones sub-20 de Ecuador y Chile, se autoagrede con la ayuda del rival. Me refiero a la confesión realizada ayer por Manuel Pellegrini en la rueda de prensa posterior al partido Real Madrid-Málaga: “No vinimos a disputar los puntos, era un partido de trámite", dijo el técnico chileno tras el 7-0 encajado en el Santiago Bernabéu.